¿Por qué mi recién nacido llora tanto?
En este artículo, exploraremos las razones por las que los recién nacidos lloran tanto y lo que puede hacer para ayudar a su bebé a sentirse más cómodo.
El llanto es la forma principal en que los bebés se comunican en los primeros meses de vida.
Una de las principales razones por las que los recién nacidos lloran es el hambre. Los recién nacidos necesitan comer con frecuencia y pueden llorar para indicar que necesitan ser alimentados. Si su bebé está llorando y parece que no se calma, trate de ofrecerle un biberón o amamantarlo. Si su bebé se está alimentando con fórmula, asegúrese de seguir las instrucciones del paquete para asegurarse de que su bebé esté recibiendo la cantidad adecuada de alimento. Si está amamantando, hable con un especialista en lactancia materna si tiene dificultades para que su bebé coma o siente que no está produciendo suficiente leche.
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¿Ya le diste de comer y sigue llorando?
Otra razón común por la que los recién nacidos lloran es porque están cansados. A menudo, los bebés se cansan después de estar despiertos durante un corto período de tiempo, y el sueño los ayuda a descansar y recargar energías. Si su bebé ha estado despierto por un tiempo y parece irritado o inquieto, trate de calmarlo y ponerlo a dormir en su cuna.
También pueden llorar cuando están incómodos debido a pañales sucios, ropa apretada o una habitación con demasiado calor o frío. Asegúrese de cambiar los pañales de su bebé con regularidad y vestirlo con ropa cómoda y adecuada para la temperatura. Si su bebé parece tener demasiado calor, puede tratar de quitarle una capa de ropa o cambiarlo a un lugar más fresco. Si está demasiado frío, un saco extra será de mucha ayuda o envuelva a su bebé en una cobija suave.
No sé que mas hacer... ¡AYUDA!
El aburrimiento, la soledad o la necesidad de atención también se pueden convertir en llanto. A veces, los bebés simplemente necesitan un poco de compañía y atención para sentirse seguros y protegidos. Trate de hablar con su bebé, jugar con él y acariciarlo con suavidad. A menudo, esto es suficiente para calmar al bebé y ayudarlo a sentirse más cómodo.
Si su bebé llora con frecuencia y no puede encontrar una solución fácil, no dude en hablar con su pediatra para obtener más información y orientación. Con el tiempo, aprenderá a identificar las señales de su bebé y podrá ayudarlo a sentirse más cómodo y seguro.